Cantina con historia: El Gallo de Oro
Ubicada en la esquina de Venustiano Carranza y Bolívar, se encuentra una de las cantinas que data 1874, El Gallo de Oro.
Esta cantina era un lugar emblemático para poetas y
escritores de la talla de Ignacio Ramírez, Manuel Acuña, Juan de Dios Peza,
Guillermo Prieto, Justo Sierra y Manuel M. Flores.
La cantina la funda Antonio Huerta, un mexicano hijo de
españoles, era el propietario de la cantina a principios del siglo pasado. En
1932 la compró Ramón Valle Díaz. De inmediato el inmueble empezó a sufrir
modificaciones: cambio de piso, de mesas, un reloj de péndulo con la figura de
un gallo incrustada y una puerta en forma de copa. Estos dos últimos elementos
aún están presentes en la decoración.
En los años 30, cuando los cantineros deciden agruparse
en una asociación gremial, El Gallo de Oro obtiene la licencia 53. Para 1982,
José López Portillo, entonces Presidente de México, estableció el derecho de
las mujeres para entrar a las cantinas. A raíz de esto, el establecimiento creó
un salón especial para las damas.
En la actualidad, la cantina es visitada por artistas y
políticos, y hay quien acude con su familia.
En El Gallo de Oro el cantinero es un elemento importante
en la barra, es quien se distingue por su habilidad en la preparación de
bebidas. Una de las bebidas populares del lugar es el mint-joulé a la
veracruzana sin hacer cálculos a diario se prepara esta bebida en la barra.
En este maravilloso lugar del Centro Histórico las
botanas son otra es las especialidades, como los famosos “pepitos”: totas de
filete de res, creados por don Longinos Vilchis.
La cantina no tiene un servicio de botanas a la manera
tradicional. Así, la casa presenta una carta donde hay desde gusanos de maguey,
hasta los característicos.
Desde la una de la tarde, hora de apertura, el ambiente
empieza a animarse: “una copa, una piedra, un coñac” son las palabras que se
escuchan. Destaca asimismo el sonido del dominio y de los dados.
Los sábados pueden disfrutarse de un gran buffet, con
platillos como albóndigas en chipotle, espinazo en salsa verde, pancita,
chicharrón en salsa verde, riñones a la mexicana y cochinita pibil, acompañados
con arroz y frijoles.
Uno de los platillos que distingue al lugar es el
inigualable cabrito a las brasas, así como una excelente selección de cortes de
carnes.
El Gallo de Oro es un lugar que responde a una filosofía
urbana, es un lugar donde se conserva un pedacito de la vieja ciudad, donde se
dejan los recuerdos, las penas, los problemas y los malos amores, en la barra.
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