Calaveritas de azúcar
Creativas y coloridas, toman forma en moldes de barro,
alegres calaveras de azúcar, elaboradas por artesanos mexicanos. Las
calaveritas son uno de los elementos indispensables de la ofrenda mexicana.
Las hay pelando los dientes, llorando y otras muy
catrinas, las calaveritas de azúcar son las que dan un toque especial en alusión
al difunto y en muchas ocasiones cada una porta un nombre de los que viven en
casa, envolviendo el sarcasmo a la muerte.
Se
sabe que los pueblos indígenas realizaban cráneos de barro y algunas calaveras
labradas en piedra. Otras se hacían de diferentes semillas como el amaranto,
con miel de agave, dichos cráneos eran usados para ceremonias o para ofrendas fúnebres.
Algunos cráneos se encontraban en una hilera en el tzompantli, altar
prehispánico, que se colocaba en honor a los dioses, como; Mictlantecuhtli,
señor del inframundo.
Con
la llegada de los conventos a México durante el siglo XVII, varias costumbres
de los pueblos indígenas se fueron modificando por las religiosas, con manos hábiles
y delicadas, empezaron a realizar las calaveritas con azúcar, con el fin de
darles otra connotación. Estas comunidades religiosas traían influencias árabes,
por lo que también implementaron la técnica del alfeñique.
En
una investigación de la cocina de los conventos, realizada por la ya fallecida
especialista en arte mexicano y culinario, Teresa Castello Yturbide, narra en
su libro “Sabores de Antaño”, que son
las monjas del convento de San Felipe de Jesús quienes realizaban hermosas
calaveritas con azúcar y de alfeñique.
Añade que estas religiosas contaban con moldes de barro de
Metepec, Estado de México, para la realización del vaciado del dulce. Las figuras eran de
azúcar ´pulverizada y se decoran con betún, preparado con clara de huevo,
crémor tártaro, azúcar pulverizada y colores vegetales.
Actualmente varios de los estados de la República Mexicana se
dedican a la elaboración de estos dulces, entre estos destacan Puebla, Guanajuato,
Morelos, algunos poblados del Estado de México. Hay quién les da un toque suave
de limón, de azar y en ocasiones las elaboran con una suave mezcla de azúcar y
tequila o mezcal.
Los
puestos de los mercados se visten de colorido con la gran variedad de calaveras
y de muchos tamaños, que se empiezan a vender a partir del mes de octubre. Uno
de los lugares que se distingue en la elaboración de esta golosina es la ciudad
de Toluca, donde anualmente realizan la “Feria del alfeñique”, la cual permanece hasta el 2 de noviembre, en el centro de la Ciudad de Toluca. Ahí se pueden encontrar
una variedad de figuras para la ofrenda, de azúcar y de alfeñique.
Actualmente en México se fabrican de muchos ingredientes, se
pueden encontrar las clásicas de azúcar, de alfeñique, chocolate, tamarindo, camote,
de gomita y amaranto, con ojos de papel estaño dorado y rosa o azul. Dulce
muerte, será que la muerte es un dulce bocado para los golosos mexicanos.
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