Sabrosuras de la muerte en la Casa de Emilio "El Indio Fernández"
La Fortaleza de Emilio “El Indio Fernández”, cada año es escenario
de una de las tradiciones más importantes de México, “La Monumental ofrenda de
Día de Muertos”, en esta ocasión presenta un “Homenaje a las estrellas del cine
mexicano, amigos y familiares”.
“En los altares se materializan los recuerdos y, específicamente,
se da figura al lazo emocional de los vivos con sus muertos. Cada altar es una
metáfora visual y tangible de las emociones y de los sentimientos que los
difuntos aún suscitan en los vivos”, así lo dice Adela Fernández en su libro “Sabrosuras de la Muerte”.
Para Adela Fernández las ofrendas cumplían con la función de dar
belleza y calor al duelo, aliviar la nostalgia y dar descanso a los complejos
de deuda que se tengan con los muertos.
“Los altares, la ofrenda en sí, es un acto de amor, una
manifestación tan ingenua como apasionante que, por medio de formas rituales y estéticas,
permite al doliente enfrentar la perdida de los seres queridos e imaginar que
puede atraerlos a la vida”, así lo expresaba Adela desde su punto de vista
antropológico y social.
Monumental
ofrenda
Este año la ofrenda es dedicada a las estrellas del cine
mexicano y directores. Son los espacios de esta fortaleza donde exponen a los grandes:
Dolores del Río, Irma Lozano, Columba Domínguez, Pedro Armendáriz, Julio
Alemán, los hermanos Soler, Jorge Negrete, Mario Moreno Cantinflas, Fernando
Fernández, Frida Kahlo, Diego Rivera, Agustín Lara, Pedro Infante, entre otros.
La casa se viste de fiesta y la cocina no queda fuera,
donde en muchas ocasiones Emilio “El Indio Fernández”, mandaba hacer sus
almuercitos, como solía llamarles a las grandes comilonas, también se convierte
en parte del festejo. Lugar donde se exponen grandes canastos de mimbre donde
se guardaban yerbas de chepil, de conejo y pitiona; chiles de aquella región,
chocolates hechos de metate, chapulines y todo lo necesario para que Oralia
Carreño, cocinera oaxaqueña de la casa, preparara ese majestuoso mole negro oaxaqueño
negro, coloradito y amarillo).
Otro de los lugares de la casa que destaca, es el comedor
donde seguramente Sara Alexander “Saringa”,
una guarecita purépecha, de Pátzcuaro, servía las corundas que bien acompañaba
con salsa negra, también llamada salsa de luto, hecha con chiles tatemados; los
charales en pasilla como relleno de tamales o los charales envueltos en hoja de
maíz y asados en las brasas.
En estos espacios culinarios también se disfrutaron del
aroma de los papatzules, salbutes y
cotzitos, que alegremente cocinaba Amira Carrillo Espinoza, otra de las
nanas y cocineras de Adela y del gran Cineasta. Para estos días de muertos
Amira deleitaba a la familia con el ceremonial “mucbipollo”.
No faltan en los altares la gran variedad de frutas de
temporadas, olorosas guayabas, verdes calabazas del campo, tejocotes, cañas,
naranjas y limas. Grandes bandejas de barro y de madera, exponen los ricos
tamales y en hermosos jarros de barro la gran variedad de atoles, así como los
caballitos de tequila, mezcal o sotol, que le encantaban al gran director de
cine mexicano.
No se pierdan de esta completa y extraordinaria ofrenda que
estará expuesta hasta el 18 de noviembre, dónde también podrá disfrutar de actividades artísticas y culturales, narración de leyendas, . Casa Fuerte del Indio Fernández,
ubicada en Zaragoza 51, esquina con Dulce Olivia, Col. Santa Catarina,
Coyoacán.
Publicar comentario