Achiote, el oro maya
Semilla que imprime sabor y color a los platillos del sureste de México, el achiote es base de la cocina yucateca. Las mujeres dan sazón al molerlo en el metate, para obtener un color naranja intenso, que dará un toque rojizo a infinidad de preparaciones de la cocina mexicana.
Antiguamente las comunidades mayas dejaban madurar y secar
en el árbol. Esta semilla era usada en el campo médico como un diurético,
recurrían a esta planta en la cura de lepra americana y en quemaduras. Formaba
parte de las expresiones culturales de estos pueblos, ya que una de las
leyendas mayas, narran que los dioses de la fecundidad Xochipillo y Xipe Tótec fueron pintados en códices y muros
con este pigmento.
La planta de achiote o del náhuatl “achíotl”, aún crece en el sureste del país, este alcanza hasta
cuatro metros de altura. El fruto es una cápsula acorazada de cinco centímetros
de largo, rojo cuando brota y oscura después, erizada con vellosidad rápida.
Desde el México prehispánico, el achiote se utilizó poco
para cocina porque era considerado una planta sagrada, ya que su color lo relacionaban
con la sangre; sin embargo, los mayas mezclaron con cacao para elaborar una
bebida espumosa para ritual, para ello mezclaban masa de maíz, semillas de
calabaza, chile, miel y frijol negro.
Durante la conquista, el ingrediente se llevó a Europa, el
francés Rochefort lo introdujo en el viejo continente en 1659 y lo llamó “rocou”, tomando como referencia en
nombre que le daban los indígenas del Caribe. Con el paso del tiempo fue
adoptado y empleado por los europeos para teñir pieles, marfil, lana, seda,
algodón, margarinas, lacas, plumas, hueso, quesos, mantequillas y pescados
ahumados.
Actualmente, se emplea para dar color a ciertas
preparaciones y como condimento en sustitución del chile, sobre todo para
platillos de aves, pescados y carne de cerdo, entre otros alimentos.
Campeche, Tabasco y Yucatán son los estados de la
República donde más se cultiva. En estas comunidades se remoja la semilla para
obtener el pigmento y mezclarlo con orégano, clavo, comino, nuez moscada, ajo, jugo
de limón, jugo de naranja, vinagre blanco, pimienta y chile habanero, o muelen
la semilla entera en la pasta y aportar sabor a diversos guisos.
En la comunidad de Tehuantepec, Oaxaca y al sur de Veracruz,
en los mercados se puede encontrar a la venta este condimento, así como las
pastas para condimentar varios platillos de la región, como la famosa cochinita
pibil.
En la comunidad de Sierra de Juárez, Oaxaca, se emplea el
achiote para hacer atole rojo, el cual es una bebida solo para ocasiones
especiales.
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