Bar Restaurante La Ópera
En la Avenida Cinco de Mayo, del Centro Histórico, en la Ciudad de México, justo en la esquina con Filomeno Mata, se encuentra el “Bar Restaurante La Ópera”, donde aún se guardan esos aires porfirianos y revolucionarios, con olor de nostalgia y al ritmo del salterio, se disfruta de una amena charla y de un buen trago.
“La
Ópera” es de estilo francés, su primera ubicación fue en 1876
en Avenida Juárez y San Juan de Letrán, en una parte del espacio que
actualmente ocupa “La Torre
Latinoamericana”. Más tarde se establece en la esquina de Filomeno Mata y
Cinco de Mayo, donde se encuentra actualmente. Esta última construcción también
tiene su historia. Se cuenta que fue una pastelería muy concurrida por la aristocracia
porfiriana. Era propiedad de unas señoritas francesas dedicadas a la fina
repostería.
El lugar era óptimo para negocios de ese rubro, pues
Cinco de Mayo era un punto de tradición para los paseos familiares. En 1895,
bajo la orden de Porfirio Díaz, la calle se amplió y mejoró. El negocio
pastelero duró un tiempo relativamente corto. Muy pronto la cantina se
estableció en el mismo lugar. También en un lapso breve figuró entre los puntos
neurálgicos de la vida animosa del naciente siglo mexicano.
La Revolución marcó cambios drásticos en la historia de
pueblos y ciudades. Los inmuebles, por ejemplo, eran deteriorados, en mayor o
menor grado, por los revolucionarios que estaban de paso. Uno de ellos fue éste.
Pancho Villa entró a caballo y disparó un tiro al techo, orificio que aún se
conserva y que da leyenda a tan histórica cantina.
Fierro solía ir al bar en las tardes. Al llegar exigía inmediatamente un vaso de coñac y ponía su pistola sobre la mesa. Un día no lo atendieron rápidamente. Lanzó un grito y dos balazos. El propietario de ese entonces mando tapar un balazo. Sólo dejo uno, aprovechando lo que se decía de Pancho Villa. Fue así como cobró forma la famosa historia del balazo.
Otro de los personajes que visitó este recinto fue Emiliano Zapata. Era costumbre de los generales revolucionarios visitar las cantinas de las plazas centrales.
El inmueble todavía conserva su decoración, las mesas con plancha de mármol, lámparas de latón y alabastro, sillas en madera con asientos forrados en terciopelo rojo, al igual que el respaldo de los sillones pegados en la pared. Las paredes con tapiz de la época porfiriana dan marco a los espejos biselados.
Al fondo hay un apartado, donde a principios del siglo
sólo se daba servicio de las señoras.
La cantina en 1973 fue saqueada por el sindicato de
empleados de la cantina, a raíz de la mala administración. Hubo un abuso total
de parte de los trabajadores. Se llevaron diversos objetivos decorativos y
hasta los relojes de pared. Lo único que no se llevaron fue una barra, traída
de León, España y hay quien dice que es de Nueva Orleans, de fina madera y con un tallado de la época.
“La Ópera”, también ha sido escenario de varios filmes como en la película “Del Can Can al Mambo”, protagonizada por Joaquín Pardavé, mejor conocido como “Don Susanito Peñafiel y Somellera”. Filmada en 1951, dirigida por Chano Urueta.
Años más tarde se toma como escenario para el filme “Los de Abajo y Pecado Original”, así como también destaca en la grabación de algunos videos de los grupos “La 5ª Estación”. También ha sido inspiración del escritor Emmanuel Matta para su libro “Los Misterios de La Ópera”.
En la actualidad en la cantina se disfruta de un buen
ambiente y cuenta con una excelente carta de comida internacional, en ella
sobresalen los pulpos a la gallega, caracoles en salsa de chipotle, chamorro a
la gallega y Lengua veracruzana, todo esto acompañado de excelentes bebidas.
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