Algodón de azúcar
Suave y esponjoso, el
algodón de azúcar es una de las golosinas preferidas de chicos y grandes. Se
disfruta al hundir los dedos en su textura pegajosa, y al tenerlo en el paladar
conduce a un contraste de sentidos únicos.
El algodón de azúcar siempre se encuentra en los parques y ferias. Es un dulce que está presente en la vida cotidiana de México. Para muchas generaciones ha sido la golosina dominical.
También es conocido como
nube de algodón, los hay rosas, azules o morados. La textura que tiene es suave
y muy similar al algodón, de ahí su nombre. Hay registros de que los cocineros
italianos, calentaban la azúcar hasta hacerla líquida, posteriormente con un tenedor
formaban hilos suaves que utilizaban para decorar algunos postres.
Para 1897 William Morrison
y John C. Wharton inventan una máquina para formar hilos de azúcar, en la que
ya mezclaban azúcar con algunos colorantes, dicho invento fue presentado en
la Feria Mundial de Francia de 1900 con el nombre de Fairy Floss (Seda de
hadas).
La máquina es una bandeja
grande, con un dispositivo que la hace rotar a gran velocidad, con una fuente
de calor para derretir el azúcar. El centrifugado que la compone hace el líquido
que se filtra a los lados de la bandeja y cuando el azúcar entra en contacto con
el aire se solidifica, formando finos hilos y el vendedor con un palito va
formando el algodón. Para muchos es divertido colocarse junto a la máquina para
atrapar los hijos de azúcar y seguirlo disfrutando.
Actualmente ya hay máquinas
más sofisticadas para elaborar algodones. Los hacen de muchos sabores, como
piña colada, plátano, vainilla, fresa, chicle, entre otros.
Sus formas son variadas,
de bola, ovalada o en picos con diversos colores y sabores. Hay quien los vende
en vasitos.
Hoy ya se pueden encontrar
los algodones de azúcar en centros comerciales, dulcerías y en las calles de la
ciudad. A menudo se encuentran vendedores, que en una vara llevan prendidos los
algodones con algún juguete.
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